Coaching & Feedback: De Karate Kid (Daniel Larusso) a Ralph Macchio

Es imposible que no recuerdes alguna escena de Daniel Larusso y el Señor Miyagi. Son un ícono del cine de los ochenta. El emblema del desarrollo de la confianza en sí mismo, de una guía en una etapa de la vida como lo es la adolescencia, en la cual, para un muchacho sin la figura paterna, un coach fue la solución para su autoestima.

¿Cómo olvidar la férrea disciplina que le impuso el Sr. Miyagi – Pat Morita- a Dany Larusso, el enfoque de aprendizaje que cambia su paradigma de cómo enfrentar la vida e iniciar una estrategia para su desarrollo como individuo y no una táctica para pelearse?

La “grulla”, esa metáfora del factor sorpresa para el mundo que lo circunda, pero en lo interno, de tomar vuelo propio, es una imagen que todos deberíamos recordar cuando nos vemos inmersos en nuestros propios laberintos y no logramos salir de ellos.

Contar con un coach puede ser un privilegio al que no todos accedemos. Si estás en el ámbito corporativo, casi con seguridad tuviste la oportunidad de al menos recibir feedback formal en algún proceso de 360º o de desarrollo y potencial de liderazgo.

Si no fue el Sr. Miyagi, seguro alguien te ayudó a dar el salto, a darte cuenta de tus fortalezas y limitaciones. Sí, te planteo el término “limitaciones” porque debilidades o áreas de oportunidad suenan muy asépticas, edulcoradas y poco ligadas a uno. Por lo general solemos auto-limitarnos y esas profecías auto-cumplidas se concretan.

Quiero que juguemos un poco con la imaginación entre la ficción y la realidad.

Daniel Larusso, Ralph Macchio participó de una exitosa saga, en la cual tuvo su Alter Ego, Cobra Kai, en las dos primeras películas. Sin embargo, el Sr. Miyagi lo acompañó durante la trilogía (Karate Kid I, II y III). ¿Pero qué se hizo de Ralph Macchio luego de esta seguidilla de éxitos? Su carrera profesional no tuvo el brillo y la fortuna de sus años de adultecente. Me pregunto: ¿qué pudo haber pasado con Dany o Ralph ya sin el sostén del Sr. Miyagi como Coach? ¿la escena de la Grulla fue solo ficción? ¿dónde quedó el aprendizaje y la transferencia a lo cotidiano y a la vida misma?

Difícil saberlo si no tenemos la posibilidad de conversar con Ralph y conocer de mano directa qué fue de su adultez.

Más allá de que se vean ya los avances de una serie que volverá a juntar a Daniel Larusso con Johnny Lawrence, mi reflexión va por el lado de qué nos pasa con nuestro autoconocimiento.

¿Qué conductas y comportamientos logramos modificar e incorporar? ¿Evolucionamos y maduramos?

No te estoy hablando de éxito, sino de capitalizar aquello que otros visualizan y nosotros no somos capaces de identificar, de proyectar en nuestro mapa de la vida, dentro y fuera de lo laboral.

Por eso quiero darte algunas ideas:

• Aunque solo se trate de una sesión de feedback, siempre hay cosas para aprender.
• Por eso te sugiero: escuchar, preguntar, tomar nota y relacionarlo con situaciones concretas vividas o por venir.
• No te pelees con los resultados de un 360º o de un estudio de potencial de liderazgo. Sé humilde y asimilá lo que otros observan en uno y termina siendo funcional o disfuncional para tus responsabilidades en la organización.
• Si es un proceso de coaching consistente en varios encuentros durante un período determinado, diseñá tu propio plan de autodesarrollo y llévalo a la práctica con acciones medibles y simples. ¡Para llegar al Aconcagua primero hay que escalar algunas Sierras!  
• Como un coach externo no estará siempre disponible hay dos cosas que quiero decirte:
  • Encontrá un socio de aprendizaje. Alguien de adentro de la organización que te haga de supervisor y consejero respecto de tu plan. Y que sea al mismo tiempo riguroso y comprensivo.
  • Revisá tu plan al menos cada seis meses y fíjate si lograste modificar y consolidar aquello que afecta tu reputación laboral.

Si querés consultarnos o compartir tu experiencia, estamos para escucharte.

Adrian Büchner, Ph.D.

Experience Director, Compass