Durante casi todo el siglo pasado el énfasis en los procesos de reclutamiento y de evaluación en general, estuvo puesto en el coeficiente intelectual, a lo sumo se tomaban en cuenta algunas competencias y habilidades comportamentales. El tema no es nuevo. Según Harari, la revolución cognitiva, nuestra capacidad para crear ficciones y de convencer a otros de que las crean, comenzó hace 70.000 años (¿Casi nada, no?). En el período clásico de nuestra historia encontramos los primeros indicios de la relevancia de lo emocional: Horacio (siglo I a.C.) quien acuño la frase “Domina tu mente si no ella te dominará a ti” y Publio Siro (siglo I a.C.) quien planteó una frase que nos suena familiar en la actualidad “Domina tus emociones o ellas te dominarán a ti” son buenos ejemplos para entender desde cuándo venimos hablando del tema. Para llegar a Howard Gardner y su enfoque educativo de las inteligencias múltiples o a Daniel Goleman, gran divulgador del concepto y más recientemente a Daniel Kahneman y su nuevo paradigma del consumo basado en criterios emocionales, hemos tenido que pasar por David Hume, Friedrich Nietsche y Sigmung Freud, por citar a algunos referentes conocidos. Todos ellos nos fueron acercando al concepto actual de Inteligencia Emocional ya que planteaban que era imposible separar la mente del cuerpo.
Pero si hubo algo que popularizó y concientizó a escala masiva la importancia de la inteligencia emocional, esa fue la película INTENSA-MENTE de Disney. Cómo olvidar a Riley, esa nena encantadora que al tener que mudarse, pasa de la alegría a la tristeza y que el devenir de los acontecimientos enciende su espíritu y su mente, provocando reacciones emocionales a partir de la interacción social como la sorpresa, la ira, el miedo y el asco.
Coincidirás, que muy probablemente te hayas sentido como Riley o alguno de los otros personajes de la película en diversas situaciones de tu vida. Casi me animo a decir, de que tus reacciones emocionales te jugaron a favor y/o en contra a lo largo de tu derrotero personal y laboral.
La mayoría de los estudios vinculados a la psicología industrial y organizacional coinciden, como en el caso de Chamorro Premuzic & Furnham, que son tres los componentes a considerar: percepción, control y compartir señales emocionales.
Es por ese motivo que quiero llevarte a pensar sobre cómo puede influir la inteligencia emocional en la reputación de una persona. En un mundo en el cual vemos con mayor preocupación el incremento de síndromes que afectan las relaciones laborales, tales como el Burn Out, el Bossing o el Mobbing y que, además, tienen su incidencia en el desempeño individual y colectivo, produciendo consecuencias severas en el plano individual, familiar y organizacional, contar con instrumentos que nos ayuden tanto a prevenir como a corregir actitudes y comportamientos puede transformarse en un aporte para nuestros procesos de gestión de los recursos Humanos.
En Hogan Assessment Systems desarrollamos una herramienta a partir de los cuestionarios que describen la reputación, la mirada del otro respecto de nuestro comportamiento. Los instrumentos HPI + HDS se toman como insume para obtener un reporte cuyo nombre es EQ: Emotional Intelligence.
Habiendo aplicado este reporte en diversos procesos, los resultados son muy satisfactorios. A modo de ejemplo: En una empresa donde la ingeniería era el corazón del negocio, se suscitaba un inconveniente con los profesionales que accedían a posiciones de conducción. El paradigma del expertise y dominio técnico prevalecía sobre las habilidades blandas requeridas para conducir equipos autogestionados dentro de una concepción de Calidad Total. ¡Los índices de clima laboral, la rotación y de Engagement eran pobres! Aplicamos el EQ de HOGAN en un programa de desarrollo del liderazgo con el foco puesto en el Auto-conocimiento y la Empatía como primeros puntos clave de intervención y mejora. Los resultados positivos no se hicieron esperar y se logró mejorar ostensiblemente algunos de los indiciadores mencionados. Al mismo tiempo que se adoptó el EQ report como herramienta para el proceso de selección de los jóvenes ingenieros y técnicos.
Como te mencioné al comienzo, el tema no es nuevo, pero sí la posibilidad de medir, evaluar e intervenir con criterios científicos y herramientas confiables.
¿Cuáles son los aspectos centrales de la inteligencia emocional y que incluye el reporte HOGAN EQ a ser tenidos en cuenta?
⦁ Inputs: nuestra habilidad mental, personalidad, experiencias, intereses, valores y objetivos
⦁ Sobre la base de los tres componentes centrales mencionados: Percepción, control y compartir señales emocionales, se enfoca el análisis y el diagnóstico predictivo en lo INTRA e INTER personal arrojando un índice general de Inteligencia Emocional laboral.
⦁ INTRA: Conciencia, Regulación y Expresión
⦁ INTER: Detección, Influencia y Empatía
⦁ Outputs: las consecuencias se centran en la Performance (desempeño y rendimiento laboral), el éxito en la carrera, los desvíos posibles, el bienestar y el liderazgo
Si te interesa profundizar acerca de cómo detectar y trabajar sobre la Inteligencia Emocional en el plano laboral, estamos para escucharte y brindarte algunas soluciones y herramientas en base a nuestra experiencia.