A no alarmarse que ese mundo virtual de Matrix no es más fantasía. ¿Cuántas veces viste la película? Seguro que no menos de dos o tres. Y no lo podías creer, ¿verdad? ¿A que volaste con tu imaginación para sentirte Trinity, Neo o Morfeo, incluso, si te gustan los villanos: por qué no el Agente Smith o Cypher?
A despertar, porque esa realidad virtual fue superada por los acontecimientos reales del mundo que habitamos.
Quiero hablarte del cambio, algo que nunca pasa de moda, pero que, sin embargo, se aceleró exponencialmente. No es una frase hecha. ¿Podés imaginarte una computadora cuántica?. Ya están en camino, son un hecho, incluso ya existe un mundo solo con dinero virtual. Ni hablar del boom del momento, las criptomonedas. ¿Qué consecuencias y oportunidades nos traerá a los ciudadanos de a pie?
En medio de este galimatías es que nos toca actuar, ya sea como actores principales o secundarios del cambio.
Pensemos juntos y hagamos la analogía entre la Matrix y cualquiera de nuestras organizaciones.
Si trabajás en RRHH de una fábrica o de una empresa de servicios, en el Estado o en una ONG, te das cuenta de que la transformación es real, pero estamos muchas veces atrapados en esa realidad virtual que suele ser nuestro temor al cambio, y no hace falta leer Ser y Tiempo de Heidegger para darnos cuenta. ¡Estás ahí, lo palpás de mano directa!
Si hay alguien que puede contribuir a construir la transformación en una organización, es el área de Recursos Humanos, Gente, Capital Humano, Talento o el nombre que quieras darle.
Es un proceso complejo, porque actualmente nos toca administrar la tensión entre lo externo y lo interno, entre la flexibilidad y la estabilidad. En ese escenario, el milagro que se nos pide, pasa por generar un buen clima y garantizar una buena dosis de bienestar para alcanzar las metas propuestas.
Por eso te propongo algunas ideas:
Si eso está medianamente claro:
Mi reflexión y consejo final:
Adrian Büchner, PhD
Experience Manager, Compass