Teamwork on the fly
Todos conocen la célebre frase del comandante Lovell de la Misión Apollo XIII: “Houston tenemos un problema” y cómo diferentes equipos, bajo un liderazgo envidiable, resolvieron exitosamente una crisis de magnitud ensamblándose casi a la perfección, sin evitar conflictos y administrando incluso egos profesionales. Pero un suceso así acontece muy de vez en cuando.
Hoy quiero compartirte algunas ideas de lo que considero uno de los máximos paradigmas de los equipos de alta performance que participan todos los años de un evento fascinante.
La Americas Cup es la competencia deportiva más antigua, sus orígenes datan de 1851. Es la tercera competencia deportiva con mayor impacto económico, luego de los Juegos Olímpicos y el Mundial de Fútbol. Esto hace que la innovación y la tecnología jueguen un papel preponderante y sirva como tubo de ensayo, por ejemplo, para el desarrollo de nuevos materiales industriales y tecnología de precisión e informática. La paradoja llegó en los últimos años a que la embarcación, un catamarán, se asemeje a un pájaro. Más que deslizarse y romper el oleaje por las bahías del mundo, vuela por momentos en forma rasante como un albatros.
¿Pero por qué se trata de una competencia de alto rendimiento y qué tiene que ver con el mundo organizacional?
El hecho de estar en un medio que no es el hábitat natural hace que la faena sea difícil. Si a ello le sumamos que los factores climáticos como el viento y las mareas son cambiantes y algo volátiles, determinan que el escenario no es solo el glamour de lo que lo rodea. Esto lo hace atrapante, excitante y desafiante al mismo tiempo. Características propias del alto rendimiento. Lo anterior lleva a pensar que la estrategia que se planificó requiere de un plan B con mayor frecuencia de lo imaginado. Un simple error hace que esa regata, una de muchas que se correrán, se pierda a veces por centímetros.
Esto exige al Skiper (el capitán) gran dominio del timón y una supervisión de las acciones del equipo en tiempo real a la velocidad de un rayo.
En un mundo VUCA, las competencias que hacen a la efectividad del mismo no son todas nuevas, en muchas lo que cambia es la intensidad. Pero sobre todas ellas se destaca la comunicación. En la embarcación, recuerden que casi vuela, el ruido del viento golpeando contra la vela, la rompiente de las olas y las quillas, hacen que la comunicación no verbal lleve su propio ritmo. Los equipos de alto rendimiento pueden ser más o menos locuaces, depende de la disciplina y de la idiosincrasia cultural. Pero la cultura velerista tiene su propia impronta: es cosmopolita, las tripulaciones son muchas veces multiculturales e impera el idioma inglés, al igual que en el mundo de los negocios actual. ¡Al menos por ahora!
Uno se pregunta, cómo harán para entenderse cuando los ve saltar de un lado al otro para filar o cazar (términos náuticos) o hacer de contrapeso sin hablar siquiera. Basta una mirada del capitán para ordenar las cosas, o la iniciativa de quien se dio cuenta que era necesario cruzarse o desplegar la spinnaker, la vela asimétrica de proa.
En un equipo de alta performance hay mucha tarea previa, mucha conversación y tercer tiempo en el muelle en los cuales sacar los “trapitos al sol” y ser críticos consigo mismo.
Esto me hizo pensar en el texto anterior de Teaming, pero también en lo que Peter Lencioni1 acuñó como Equipos Disfuncionales, algo sumamente frecuente en la dinámica laboral de los tiempos que corren.
Los inhibidores de la funcionalidad según Lencioni, y los cuales comparto son:
1: Ausencia de confianza
El miedo a ser vulnerable con los miembros del equipo impide la construcción de confianza dentro del equipo.
2: Miedo al conflicto
El deseo de preservar la armonía artificial es la ocurrencia de un conflicto productivo e ideológico.
3: Falta de compromiso
La falta de claridad o aceptación impide que los miembros del equipo tomen decisiones que respetarán.
4: Evitar la responsabilidad
La necesidad de evitar la incomodidad interpersonal evita que los miembros del equipo se responsabilicen unos a otros por sus comportamientos y desempeño.
5: Falta de atención a los resultados
La búsqueda de metas individuales y el estado personal erosiona el enfoque en el éxito colectivo.
Me resulta imposible imaginarme al Equipo de Nueva Zelanda en medio de la regata con aversión al conflicto o falta de compromiso, menos aún sin enfocarse en los resultados.
Un equipo es una construcción colectiva, es un proceso de co-creación para alcanzar las metas fijadas.
Los equipos disfuncionales más que un estereotipo, representan una fase inexorable que deben atravesar los grupos laborales en algún momento de su evolución para transformarse en equipos de alta performance. La Sinergia se da gracias a que se pudo atravesar este estadio.
Si te interesa el tema, contamos con muchas millas náuticas de formación de equipos de alto rendimiento empresarial y organizacional.
1 Lencioni, P. (2002). The five dysfunctions of a team: A leadership fable. San Francisco: Jossey-Bass.
Adrian Büchner, Ph.D.
Experience Director, Compass