SULLY

Prudencia y Estabilidad Emocional vs IA (Inteligencia artificial)

Posiblemente hayas visto “Sully”, en referencia al vuelo 1549 de US Airways y protagonizada por Tom Hanks e inspirada en un hecho real reciente cuando el comandante Chesley Sullenberger y su copiloto, Jeff Skilles, amerizan en el río Hudson luego de que una bandada de pájaros detuviera ambas turbinas del A-320 y lo más significativo, sin bajas y solo heridos leves.

El trasfondo supera al evento y lo heroico se convierte en un problema legal, afectando la reputación de los pilotos y de la compañía aérea.

Es complejo aplicar criterio y sentido común en situaciones críticas, pero Sully y Jeff lo hicieron. La pregunta que nos hacemos todos es: ¿otros pilotos hubieran actuado de la misma manera? Casi imposible responder por sí o por no. Es complejo, casi un dilema. Y así son la mayoría de las decisiones que tomamos a diario, sobre todo aquellas que involucran una multiplicidad de variables e impactan en vidas humanas.

Bien es sabido que los pilotos deben asistir al simulador de vuelo con cierta frecuencia y que existen protocolos de actuación e instancias de evaluación psicofísicas.

También sabemos que los aviones cuentan con computadoras y piloto automático. Podríamos decir, que “casi” todo está considerado en la industria aerocomercial. Pero acordarán conmigo que nada, pero nada absolutamente, supera la realidad de un momento como el que se vivió en el vuelo 1549 al comando de Sully. Lo digo con conocimiento de causa.

En una era en la cual veneramos, casi idolatramos todo tipo de avance tecnológico, la IA emerge como la vedette del momento.

Para los que han visto el filme, la idoneidad de los pilotos se puso en duda a partir de que la decisión que habían tomado, de no dirigirse al aeropuerto indicado, tal cual indicaba la programación del ordenador, incluso de la torre de control, violaba esa directiva.

El final de la historia es sabido: 1 a 0. El Ser Humano venció a la IA.

Pero… ¿Qué hizo que se tomara la mejor decisión posible en ese momento?

Comparto con Ustedes mis conclusiones y reflexiones:

  • Coordinación y alineamiento entre los pilotos y el personal de cabina. El líder transmite seguridad al equipo.
  • Confianza en sí mismo y orientación al logro.
  • Estabilidad emocional y foco en manejar el problema
  • Comunicación asertiva. Se hace cargo y emite mensajes claros con la dosis de empatía y comprensión que era requerida.
  • Criterio y prudencia comprendiendo todas las variables en juego, lo que denota su capacidad cognitiva. Y sin llegar al grado de perfeccionismo que los hubiese hecho fracasar.

En un mundo en el cual es de gran ayuda la tecnología, entendida ésta como conocimiento, la clave está en compatibilizar el instinto, la percepción, la experiencia y la capacidad cognitiva con todo recurso informático que nos pueda ser de ayuda. Sin embargo, recomiendo no solo confiar en algoritmos y no dejar de lado sistemas de evaluación predictivos centrados en el comportamiento de la persona.

 

Adrian Büchner, Ph.D.

Experience Director, Compass

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