TALENTO = Y

   

  

TALENTO = Y

¿Ya tenés tu entrada para el próximo espectáculo del Cirque du Soleil? ¿Sabés a qué hora es el partido entre el Atlético de Madrid y el Barcelona el sábado? ¿No estuvo genial el festival de Rod Stewart en GEBA? ¡Viene Rick Wakeman, man! ¡Qué partido difícil el de Del Potro hoy por la noche en Acapulco contra el alemán Zverev! ¡No se puede creer la calidad de la producción y actuación de Vis a Vis, hasta se nos pega el “estás de coña”!

El deporte y el arte son dos campos con los cuales nos sentimos muy familiarizados como ciudadanos. Se trata de actividades que han devenido en espectáculos y negocios globales.

Quiero abstraerme de la disputa académica y económica que nos plantean Frydman y Ghemawat acerca de si la Tierra es plana o no. Es como querer descubrir el sexo de los ángeles. Mi intención es que me acompañes en este viaje por el talento y pensemos juntos la envergadura y el alcance que tiene como factor preponderante en la sociedad del siglo XXI.

No quiero aburrirte con definiciones barrocas sobre qué es el talento. Hay miles.

Sin embargo, un análisis discursivo básico nos guía hacia una simple palabra encriptada: VALOR. No da lo mismo tener a Messi en el equipo que no contar con él. ¡Vis a Vis con Alba Flores (Saray) o Najwa Nimri (Zulema) es clave! ¿Pero si hay otras actrices? Creo que no hace falta responderlo, ¿verdad?

En consecuencia, de lo que estamos hablando, es de un mundo que se basa en organizaciones de Alta Performance, con un público sediento y hambriento de gozar y disfrutar con un show que se sostiene en un desempeño y rendimiento superlativo. De allí que el valor se transforma en costo cuando no hay Talento.

Sean 90 minutos de juego, 45 minutos de cada episodio o las dos horas de recital o espectáculo, lo que se requiere para satisfacer las expectativas es Talento.

Formar a un actor, un jugador de fútbol o un showman o showwoman no es cuestión de días. Lo innato está presente, pero hay que cultivarlo y cuidarlo. En casi todos los casos también depende de quién haya sido su líder, su coach y qué tipo de contención y plan lo condujo hasta la cima y lo mantiene aún ahí.

Si uno indaga en el desarrollo de las carreras de estas personas y grupos, todos han construido una trayectoria a lo largo del tiempo. Hay muchísimo esfuerzo y persistencia, aún en el ámbito artístico donde la sensibilidad suele ser mayor que en otros sectores, también mucho fracaso y frustración. Lo que termina prevaleciendo, casi con seguridad, es su aspiración, anclada en sus principales motivadores intrínsecos.

Ustedes podrán reclamarme: “pero nos mencionaste el Y en el título”…

Mi punto, es que estamos muy centrados en competencias encasilladas en conductas y conocimientos funcionales, específicos o cuando hablamos de equipo o empatía terminan siendo frases hechas y huecas que corresponden a un modelo que reproduce sin mucha intervención de la reflexión y la creación, carente incluso de emociones como el asombro, el llanto, la sonrisa. Las une el poco margen para el error que nos dispensan las culturas eficientistas.  

 

Algunas ideas para instrumentar

 Mi mensaje para los colegas y profesionales de Recursos Humanos es que trabajemos con esta conjunción (en referencia a la YE) cuando definamos nuestra estrategia, sobre todo la del Talento y combinemos diadas de ideas que harán sustentable el modelo de talento.

 

Algunos ejemplos:

  • Visión estratégica y soñar (pensá en cómo vas a entusiasmar a tu gente si no soñás)
  • Trabajo en equipo y compartir
  • Innovación y abrirse (sacá el niño/a de adentro)
  • Negociación y ponerse en los zapatos del otro
  • Liderazgo y entusiasmar a tus colaboradores

Nos encantaría que nos compartas tus diadas. ¡Ah, y pueden ser triadas también!

Adrian Büchner, Ph.D.

Experience Director, Compass

 

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